En Buenos Aires, Argentina, hay un zoológico que muchos creemos que deberían cerrar. Descuidan a los animales y no se preocupan por ellos, además, las instalaciones están en muy mal estado. A su vez, en su puerta, hay una serie de hombres que poseen caballos a los que someten a un trabajo duro que llega al punto de ''explotación''. Les atan a sus cuerpos con unos palos de madera y un arnés, unos viejos sulkys en los cuales se pasean personas que les pagan a los hombres. No sólo tienen que arrastrar con un peso superior al que podrían, sino que los descuidan físicamente y no los alimentan como deberían.
Acabemos con este abuso y juntemos firmas para concientizarlos.