ALTO URUGUAY A LA MATANZA DE LOBOS MARINOS
- by: Analia Crosa
- recipient: GOBIERNO URUGUAYO
ASESINAR POR DINERO NO ES POLÍTICA, ES CORRUPCIÓN.
LOS LOBOS MARINOS NO SON PLAGA, LA CORRUPCIÓN SÍ LO ES.
Uruguay tiene una reserva de lobos y de leones marinos única en América del Sur. Esta reserva se encuentra distribuida entre Isla de Lobos y Cabo Polonio y su matanza está prohibida por decreto. Sin embargo, la acelerada reproducción de una de las especies plantea el debate de la necesidad de retomar la matanza.
El lobo fino sudamericano, de los cuales estiman una población de 300.000 ejemplares, se reproduce en islas ubicadas frente a los departamentos de Maldonado y Rocha. Las mismas son Isla de Lobos e Islote de Lobos y los grupos de islas frente a Cabo Polonio.
Los lobos marinos son una especie de hábitos costeros, su alimentación es ampliamente adaptable al entorno y época en la que se encuentran. De esta manera es que suelen simbolizar un problema y una competencia para los pescadores artesanales. Estos animales, suelen entre otras cosas romper las redes de pescadores para buscar alimento, no es una situación nueva, desde hace años se viene dando lo mismo, apuntalando siempre, claro está, al lobo marino como el problema, y no al humano que es quién lo genera.
Son muchos los lobos que han sido y que siguen siendo asesinados a manos de pescadores.
Es increíble que sea el ministerio de defensa quien tome partida en el asunto y haga declaraciones sobre el mismo, en palabras un tanto trogloditas del ministro:
: “No me cabe ninguna duda de que es una plaga. Nosotros tenemos jurisdicción en la Isla de Lobos y también somos responsables de esa situación. Además de la depredación que los lobos realizan sobre la fauna marina y los daños que le causan a la pesca artesanal, la superpoblación está ocasionando serios problemas a los propios lobos porque ciertas especies se están enfermando. Sucede que hace muchos años, cuando se decretó el cese de la faena y se protegió la especie, no se tomaron medidas para el manejo de la manada y hoy la situación se salió de control”
Todas las especies viven en armonia con su entorno y se autorregulan con la misma, cuando una especie se convierte en “plaga” como solemos decir, significa que el humano metió mano, y le erró.
El ser humano los cazaba para obtener carne y aceite; pero la principal razón para perseguirlos era que la piel de las crías recién nacidas, llamadas "popos" tiene uso en peletería. En Uruguay las poblaciones de lobos marinos han sufrido una explotación continua aunque irregular en el tiempo.
Entre 1873 y 1900, fueron sacrificados un total de 454.500 animales.
La captura entre 1910 y 1942, fue de 71.860.
Desde 1943 al 1947, se sacrificaron 17.000 animales.
Desde 1950 a 1991, el número de animales sacrificados ascendió a 273.416.
Desde 1991 en adelante se han realizado faenas zafrales.
El aceite de lobo marino consecuente de la cocción de las grasas de los animales faenados, fue utilizado desde 1724 en el sistema de iluminación de la ciudad de Maldonado. En 1792, la explotación lobera dependía directamente del Rey de España y fue realizada a través de la Real Compañía Marítima hasta 1808.
Años más tarde, el Estado comienza a realizar ciertos controles, pero continúa adjudicando las matanzas a concesionarios particulares.
En 1922, se encomiendan por ley, las faenas de los lobos marinos.
En 1933, el Instituto de Pesca pasa a depender de la Armada Nacional que años más tarde perfecciona la ejecución y desarrollo de las faenas loberas utilizando las primeras vedas y reglamentaciones especiales para la ejecución de las cacerías.
En octubre de 1991, de acuerdo a la promulgación de la Ley de Empresas Públicas, la
Industria Lobera y Pesquera del Estado (I.L.P.E.) es suprimida y se establece que el Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca (MGAP), a través del Instituto Nacional de Pesca (INAPE), estableciendo que INAPE tendrá el monopolio de la faena de lobos marinos en todas las costas e islas del país.
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