Israel, a pesar de sus contradicciones, siempre ha sido un oasis de apertura y progreso en Oriente Próximo. Sin embargo, la creciente radicalización religiosa de una parte de su población está teniendo poco a poco consecuencias para todos. Y las primeras, en pagar, por supuesto, son las mujeres: hay barrios por los cuales cualquier mujer no puede pasar si no lleva una vestimenta lo suficientemente recatada.
Lo sorprendente es que este conservadurismo se está trasladando poco a poco a las instituciones de la que se supone que es una democracia avanzada: desde hace una semana, el Parlamento Israelí ha decidido aplicar unas normas de decoro en desuso y obliga a las trabajadoras del Parlamento a vestirse con faldas que como mínimo cubran hasta 5 cm por encima de la rodilla. Ahora, cualquier mujer que trabaje en el Parlamento Israelí debe someterse a una revisión de seguridad por parte de guardias que se aseguren de que su falda cumple las medidas adecuadas. Si no, será expulsada de regreso a su casa.
No podemos permitir que en países en los que las mujeres ya han obtenido una serie de derechos gracias a una larga lucha se empiecen a dar pasos atrás. Debemos juntarnos hombres y mujeres de todo el mundo para decir al Parlamento israelí para respetar la libertad de sus trabajadoras para vestirse como quieran dentro de un marco elemental de convivencia y respeto. Firma ahora esta petición y apoya a las trabajadoras del Parlamento israelí que están viendo amenazada su libertad para vestir como quieran.