Durao Barroso, expresidente de la Comisión Europea, acaba de ser fichado por el banco Goldman Sachs 18 meses después de terminar su mandato.
Que un expresidente de la Comisión Europea pueda pasar al sector privado poco después de dejar su cargo es algo que debería ser objeto de una profunda reflexión ética y moral. Pero que la empresa elegida para ese “retiro dorado” sea Goldman Sachs, uno de los bancos responsables de propiciar la enorme crisis financiera que ha sacudido al mundo y de haber empeorado la situación de la crisis griega, es algo sorprendente y muy grave.
Por este puesto, en el que Durao Barroso sin duda utilizará las relaciones e influencias obtenidas durante su mandato público, se embolsará una cantidad obscena que supera los 5 millones de euros al año.
Pero eso no es todo: Durao Barroso mantiene el derecho a una pensión que está fijada en un 70 % de su último salario base, y que rondaría los 18.000 euros al mes. Al contrario que en el caso de los ciudadanos de a pie, que no pueden cobrar ni un euro a mayores de las pensiones percibidas por el Estado, esta pensión, que pagamos todos los ciudadanos europeos, sí es compatible con su extraordinario sueldo en Goldman Sachs.
Como ciudadano de Europa exijo a la Comisión Europea que frente a la indignidad de tener un expresidente trabajando para uno de los grandes culpables de la crisis, al menos se le retire la pensión pública de 18.000 euros que pagamos entre todos los europeos. No podemos permitir que la élite que gobierna para los grandes bancos y grandes empresas nos siga tomando el pelo, y encima llevándose nuestro dinero. Únete a mí y dile “basta” a la Comisión Europea.