El gobierno turco, después de abortar el intento de golpe de estado militar que tuvo lugar hace unas semanas, está ahondando en medidas represoras y autoritarias para consolidar el poder del presidente Erdogan, poniendo así en riesgo su propio sistema democrático.
Una de las situaciones más graves que estamos viviendo es la represión de los sectores académicos y educativos del país, con purgas de profesores y, en las últimas horas, con la prohibición impuesta a los académicos turcos de viajar al extranjero hasta nuevo aviso.
Es muy preocupante que el gobierno turco quiera restringir la libertad de movimientos de los profesores y académicos turcos. Para ellos, es esencial poder moverse al extranjero para participar en seminarios y congresos o colaborar en trabajos e investigaciones de otras universidades. Restringiendo la salida al exterior de los profesores y académicos turcos, el gobierno está poniendo en riesgo no solo el derecho a la libertad de cátedra y a la enseñanza, sino los propios avances científicos y técnicos del país, aislando a la comunidad científica de los proyectos internacionales en los que trabajan. Por eso, pido al presidente Erdogan y al Consejo Superior de Educación de Turquía que levante la prohibición de que los académicos puedan viajar al extranjero.