MADRES IND�GENAS CONTRA EL MERCURIO CARTA ABIERTA

Nosotras, madres, abuelas, t�as, hermanas e hijas ind�genas, las que damos la vida y cuidan a nuestras actuales y futuras  generaciones de ni�os, estamos unidas en nuestra profunda preocupaci�n por la contaminaci�n de nuestro medio ambiente por MERCURIO, un metal pesado neurot�xico. Sabemos que el mercurio es liberado en el ambiente y en nuestros territorios a trav�s de centros el�ctricos alimentados por carb�n, minas de oro hist�ricas y actuales, desechos m�dicos y otras fuentes.

El mercurio contamina nuestro aire, agua, tierras y alimentos tradicionales, en particular los peces %u2014de los cuales numerosas comunidades ind�genas dependen%u2014, lo que produce efectos graves sobre la salud de personas de todas las edades. Pero el mayor peligro es para la salud y el desarrollo de nuestros ni�os. La exposici�n al mercurio afecta el desarrollo neurol�gico de nuestros infantes, beb�s y ni�os, incluyendo el de aquellos que a�n se encuentran en el vientre materno.

Esto viola nuestros derechos humanos a la salud, nuestras pr�cticas culturales, nuestros derechos consagrados en los Tratados, nuestra subsistencia, los Derechos del Ni�o y nuestro derecho al Consentimiento Libre, Previo e Informado reconocido en la Declaraci�n de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Ind�genas y otros instrumentos y normas internacionales de Derechos Humanos.

Por estas razones, reconocemos la importancia de las  negociaciones en curso en el seno del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, que buscan elaborar un Tratado internacional vinculante que proh�ba la liberaci�n de mercurio al medio ambiente. Sin embargo, debemos asegurarnos que la participaci�n plena de los Pueblos Ind�genas, incluyendo la de las mujeres Ind�genas, forme parte en este proceso, y que los Estados adopten e implementen un tratado internacional que sea s�lido y eficaz.

Como elaboradores de pol�ticas, les hacemos un llamado a que tomen una posici�n firme para que se elabore un Tratado Mundial sobre el Mercurio, as� como pol�ticas a nivel nacional e internacional que:

  1. Detendr�n las emisiones de mercurio de todas las fuentes al medio ambiente, incluyendo la quema de carb�n, minas de oro actuales e hist�ricas y la producci�n y disposici�n de productos m�dicos que contienen mercurio.
  2. Asumir�n un compromiso que permita la limpieza de las fuentes de contaminaci�n actuales, incluyendo minas abandonadas, trabajando en plena colaboraci�n con los Pueblos Ind�genas cuando sus tierras, aguas, lugares sagrados y alimentos de subsistencia se vean afectados.
  3. Asegurar�n la participaci�n plena, formal y efectiva de los Pueblos Ind�genas, incluyendo las mujeres Ind�genas, en la elaboraci�n de un Tratado Mundial sobre el Mercurio y en las medidas para aplicar sus disposiciones a nivel nacional, regional y local.

La vida de nuestros ni�os y nuestro futuro est�n en juego y dependen de las decisiones que ustedes est�n tomando. Oramos para que el creador gu�e sus pasos y sus decisiones en este asunto vital.

Nosotras, madres, abuelas, t�as, hermanas e hijas ind�genas, las que damos la vida y cuidan a nuestras actuales y futuras  generaciones de ni�os, estamos unidas en nuestra profunda preocupaci�n por la contaminaci�n de nuestro medio ambiente por MERCURIO, un metal pesado neurot�xico. Sabemos que el mercurio es liberado en el ambiente y en nuestros territorios a trav�s de centros el�ctricos alimentados por carb�n, minas de oro hist�ricas y actuales, desechos m�dicos y otras fuentes.

El mercurio contamina nuestro aire, agua, tierras y alimentos tradicionales, en particular los peces %u2014de los cuales numerosas comunidades ind�genas dependen%u2014, lo que produce efectos graves sobre la salud de personas de todas las edades. Pero el mayor peligro es para la salud y el desarrollo de nuestros ni�os. La exposici�n al mercurio afecta el desarrollo neurol�gico de nuestros infantes, beb�s y ni�os, incluyendo el de aquellos que a�n se encuentran en el vientre materno.

Esto viola nuestros derechos humanos a la salud, nuestras pr�cticas culturales, nuestros derechos consagrados en los Tratados, nuestra subsistencia, los Derechos del Ni�o y nuestro derecho al Consentimiento Libre, Previo e Informado reconocido en la Declaraci�n de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Ind�genas y otros instrumentos y normas internacionales de Derechos Humanos.

Por estas razones, reconocemos la importancia de las  negociaciones en curso en el seno del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, que buscan elaborar un Tratado internacional vinculante que proh�ba la liberaci�n de mercurio al medio ambiente. Sin embargo, debemos asegurarnos que la participaci�n plena de los Pueblos Ind�genas, incluyendo la de las mujeres Ind�genas, forme parte en este proceso, y que los Estados adopten e implementen un tratado internacional que sea s�lido y eficaz.

Como elaboradores de pol�ticas, les hacemos un llamado a que tomen una posici�n firme para que se elabore un Tratado Mundial sobre el Mercurio, as� como pol�ticas a nivel nacional e internacional que:

  1. Detendr�n las emisiones de mercurio de todas las fuentes al medio ambiente, incluyendo la quema de carb�n, minas de oro actuales e hist�ricas y la producci�n y disposici�n de productos m�dicos que contienen mercurio.
  2. Asumir�n un compromiso que permita la limpieza de las fuentes de contaminaci�n actuales, incluyendo minas abandonadas, trabajando en plena colaboraci�n con los Pueblos Ind�genas cuando sus tierras, aguas, lugares sagrados y alimentos de subsistencia se vean afectados.
  3. Asegurar�n la participaci�n plena, formal y efectiva de los Pueblos Ind�genas, incluyendo las mujeres Ind�genas, en la elaboraci�n de un Tratado Mundial sobre el Mercurio y en las medidas para aplicar sus disposiciones a nivel nacional, regional y local.

La vida de nuestros ni�os y nuestro futuro est�n en juego y dependen de las decisiones que ustedes est�n tomando. Oramos para que el creador gu�e sus pasos y sus decisiones en este asunto vital.

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